Un fin de semana donde jugaremos a componer nuestro imaginario visual perdiéndonos en el disfrute del proceso pictórico, desde el estudio del pintor.Durante todo el taller entenderemos el lenguaje urbano, el virtual y el de la pintura como herramientas mancomunadas para estudiar la imagen.

Partiendo del juego como uno de los pilares del trabajo de campo del artista, empezaremos el taller en una deriva urbana donde nos detendremos a capturar con el móvil las texturas y escenas de la calle que nos interpelen, construyendo un mapeado personal del recorrido.

De vuelta al estudio, jugaremos a componer imágenes haciendo collages digitales y/o analógicos, y jugaremos a hacer combinaciones infinitas de texturas, formas y color a través de un programa informático creado por el propio Rosh. Este programa genera composiciones aleatorias de imágenes de archivo de sus derivas urbanas, pinturas en el estudio, bocetos y anotaciones; y las utilizaremos para encontrar nuevos gestos pictóricos y dejarnos llevar por el asombro que nos da lo aleatorio.

El domingo, pintaremos nuestra abstracción conceptual en acrílico sobre papel, guiados por el proceso de pintura del artista. La propuesta de este taller es jugar con todas las herramientas disponibles para añadir infinidad de posibilidades donde dar rienda suelta a un sentimiento o idea. Extender la realidad física (lo que nos rodea) y fusionarla con la realidad digital, para volver a lo físico a través de la pintura.